“La constancia es la virtud por la cual las otras virtudes dan su fruto.”
Arturo Graf.
Autor: Abner Pantoja
Publicado en: Ideas Emprendedoras.
Dedicado a Mario Rodríguez. Cuando se lo propuso forjó sus negocios.
Hace ya varios días que estamos disfrutando de nuestra casa. Por fin pude comprarla. ¡Se ha cumplido un sueño! Existieron varios factores que me impulsaron a no dudar en comprarla: entre otras fue que en la parte de enfrente, los dueños anteriores construyeron un amplio local, seguramente con la intención de emprender un negocio. Al ser Yo ahora el nuevo dueño, la lógica mental sugiere que se presenta la oportunidad de iniciar un negocio. ¿Qué pienso hacer?
En los últimos años estamos viviendo una influencia de pensamiento de crear nuestro propio negocio movidos por la crisis económica mundial. En mi país se ha dado una proliferación de negocios que sin duda ha sido una válvula de escape para nuestra economía familiar. Lamentablemente un amplio porcentaje de los mismos cierran y, debo confesarlo, otro alto porcentaje entra en la “economía informal”.
Si bien, esta es nuestra realidad en los negocios, el espíritu del emprendedor se ha gestado desde tiempos inmemoriales: aún cuando teóricamente podemos argumentar esta idea, creo que es más sugerente explicarlo con un vivo ejemplo.
Hace más de veinte años, un joven recién casado con una maravillosa mujer, y con un pequeño hijo con retos, por ser “un caso especial”, decidió emprender un negocio. Las motivaciones: las típicas. No quería tener un jefe y, según él, vivir cómodamente independiente a los cuarenta años.
Debo confesar que es un hombre muy inteligente y con una gran habilidad para convencer y persuadir (creo que esas son cualidades de un emprendedor), su debilidad (hasta los héroes suelen tenerlos), la postergación y la dispersión energética en todos los sentidos: mental, emocional. Empieza una cosa y a medio camino se obsesiona por otra idea.
Sin embargo, y afortunadamente, para su mujer e hijo, logró concretar varios sueños: lo digo porque me beneficié de ello, pues ese joven exitoso era mi padre. Lamentablemente no supe de él durante veinte años.
En éste artículo sólo quería invitar a la reflexión para que cuando tomemos la decisión de emprender un negocio lo hagamos con pasión prudente.
En los próximos artículos analizaremos más ideas emprendedoras. Te dejo con la siguiente reflexión:
¿Cuáles crees que deben ser las características de un emprendedor?
Espero tus comentarios. Son tomados en cuenta.
