Mi bello amanecer.

Tú vives siempre en tus actos, con la punta de tus dedos pulsas el mundo, le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías: es tu música. La vida es lo que tú tocas.”

 

Todos los días uno se levanta con la firme convicción de que éste día será el mejor. Esa debe ser al menos siempre nuestra mas noble actitud. Ese ejercicio mental y emocional, en lo personal, hace poco que lo empecé a realizar, poco a poco he obtenido buenos resultados. Quiero decir con ello que mi entorno y mi vida cotidiana poco a poco va cambiando en un sentido positivo.

Es como cuando uno toma plena conciencia y la decisión de disfrutar plenamente una buena taza de café. Nada de que uno se levanta y suple el desayuno del día por un sorbo de café y listo para empezar el día. La acción de tomar una taza de café se hace en medio del espíritu contemplativo y una actitud poética ante la vida. Con ello logra uno que la mirada se vuelva más perspicaz. El concepto de calidad y estilo van permeando la conciencia y cotidianidad de uno mismo.

A partir de ese momento uno vive, además de en estado contemplativo, en una atmósfera de concentración; evita eso que uno caiga en los brazos de la rutina y por ende “en la zona de comodidad”. De lo que se trata es de estar preparado para los retos del día. Encontrar en el aroma de una taza de café, el aliento y la determinación para tener el control de nuestro destino.

Gracias a la vida, en estos momentos  puedo decir que cuento con “un bello amanecer”. Y también se que de mí depende que el día sea fructífero y la noche me permita descansar para estar listo para el día siguiente y cuando llegue el momento, poder morir con tranquilidad pues mi vida habrá sido exitosa y sobre todo llena de plenitud.