La confianza: cambio de actitud ante la vida.

“Una mente atormentada por la duda no puede concentrarse en el camino que conduce al éxito.” Arthur Golden

 

Publicado en: Ideas Emprendedoras.

 

Dedicado a: Mi mayor fuente de confianza. Mi madre.

En el artículo pasado compartía contigo, estimado lector, el espíritu que a un sin fin de personas nos invade en éste año: en lo personal, lo he bautizado como el “año de la plenitud”, adjetivación que describe fielmente mi estado o mi momento que estoy pasando en mi vida. Algunos le llaman a éste fenómeno el que “están cosechando sus frutos”. En mi caso, no es del todo así, lo que quiero decir, es que mi situación es más intensa, más espiritual y humanamente hermoso: todo se deriva de mi actitud ante la vida, en todos los sentidos: emocional, mental, física y espiritual. Filosóficamente digo que he pasado de las preguntas “¿por qué?” al “¿para qué?”; mas no en el sentido puramente pragmático, mas bien, en lo referente a encontrar elementos suficientes para argumentar mi compromiso de vida.

    El gran salto, lo que determinó éste cambio de actitud ante la vida fue algo que, en realidad, no es tan sencillo desafortunadamente: tener confianza en ti mismo y en los demás. La confianza es un principio rector ético que nos lleva a vivir en cierta armonía; es más que eso: es tener la posibilidad de creer, de tener fe.

    Seguramente te has encontrado en más de una ocasión la idea de que para poder tener éxito o triunfar, sea en algo aparentemente pequeño o algo “impresionante”, el comienzo radica en “vencer tus miedos”. De alguna manera podríamos estar de acuerdo en esa frase y sabio consejo: deberíamos decir que “debemos confiar plenamente en nosotros”: nuestras capacidades, talentos, habilidades… y tener una actitud de cambio, usando claro está, el sentido común, a la hora de decidir cuáles son o deben ser esos cambios que vamos a implementar en nuestras vidas. Cambios que se inician, lo sabemos, a partir de la modificación o creación de nuevos hábitos que nos ayudarán a alcanzar nuestros más grandes anhelos.

    ¿Por qué se nos hace difícil confiar incluso en nosotros mismos? La primer respuesta que se nos ocurre es: “porque vivimos en un mundo caótico.”