Cómo recuperar nuestro destino después del dolor.

“¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carrera equivocada?”

Proverbio alemán.

Autor:  Abner Pantoja

 

Publicado en: Ideas Emprendedoras.

 

Dedicado a; Mi hermano Samuel; a quien más he sufrido.

En estos últimos días he estado un poco enfermo. ¿Y sabes por qué? Simple y llanamente porque he permitido que la dinámica de la sociedad actual me atrape en sus redes. Quiero decir con esto que me he visto envuelto en vivir las cosas con prisa, casi llegando aun estado de automatismo: dormía, comía, trabajaba, escribía; pensando en lo que “venía en la agenda”.

Eso evidentemente me llevó a un “hermoso caos”. Así es estimado lector, he escrito: “hermoso caos”. ¿Sabes por qué? Porque es precisamente gracias a la enfermedad y su proceso de redención que he tomado plena conciencia de que estaba perdiendo el control de mi vida y, el cuerpo, (con su sabia inteligencia propia de su naturaleza), me ha ordenado descansar y respetar la vida.

Es increíble darse cuenta, cuando uno reflexiona en ello, hasta dónde somos capaces de soportar el dolor y/o resistir cuando estamos sometidos a algo que nos desagrada. A decir verdad, no encuentro una respuesta de alguna manera coherente y satisfactoria. No entiende uno porqué el mundo está lleno de sufrimiento. A lo largo de mi enriquecedora vida me he encontrado con un sin fin de retos por vencer y constantemente me ha acompañado el dolor: valga como ejemplo el siguiente dato: a raíz de una malformación en mi rostro por cuestiones genéticas y de nacimiento me he sometido a trece cirugías reconstructivas.

Esas experiencias me han ayudado a desarrollar la capacidad de comprender la función del dolor. El sufrimiento está ahí para recordarnos que existe su contrario: la cura, el alivio, el placer. Es como cuando nos referimos al día y la noche, el ying y el yang. Existen los contrarios para encontrar un punto de equilibrio. Afortunadamente como seres humanos podemos ir más allá. Podemos decidir vivir sólo uno de los dos extremos: evidentemente la decisión inteligente es seleccionar el bienestar.

Y sin embargo, por una extraña situación, caemos en la dinámica de dar por sentado que hemos nacido para sufrir o que algunas cosas son inalcanzables. Además de las trece cirugías reconstructivas, me he enfrentado a un accidente automovilístico, en el cuál salí ileso. Más que dolor físico me enfrenté al dolor emocional de saber que muchos de los turistas fallecieron en el autobús. En la parte profesional me he enfrentado al dolor del fracaso; pero sobre todo, al acto más doloroso al cuál se pueda enfrentar el ser humano: el miedo de tomar accion y emprendimiento. El mensaje que quiero dejar en éste artículo es el siguiente: queramos o no, el sufrimiento ahí estará.

Es nuestra decisión transformarlo en placer. El sufrimiento te puede llevar a prometer cosas como lo siguiente:

“He tomado la firme determinación de cambiar mi vida, ser una persona de éxito, vivir en plenitud y con una gran influencia positiva en lo seres que me rodean.”

¿Cuál es tu promesa? Por lo pronto te pediría humildemente te prometas reflexionar al respecto y tomes una decisión. Un saludo y enhorabuena.