Cómo la ropa genera confianza en las personas

“Hombre que conoce el precio de todo y el valor de nada.”

Oscar Wilde.

 

Publicado en: El Arte Del Buen Vestir.

 

Dedicado a: Paola; más que sensualidad, proyecta gracia.

 

            A lo largo de la historia del vestuario, podemos observar que éste a cumplido funciones muy específicas en cada etapa histórica. Por mencionar un solo dato, tenemos el gran auge de la industria de la moda en el reinado de Luis XIV. La función principal en ese entonces era proyectar todo el esplendor y poderío con el que contaba el propio rey por manifestación divina; políticamente buscaba justificar dicho poderío. Centrándonos en ese inmenso mundo creativo que se desarrollo en la industria textil podemos entender la gran importancia que este tuvo en esa coyuntura.

            En nuestros días, y en pleno movimiento o conciencia individualista, el rol de la ropa se ha transformado democráticamente hasta llegar al grado de individualizar nuestra identidad. Con nuestro determinado modo de vestir gritamos silenciosamente que aquí estamos.

            Estamos superando ya la etapa de la búsqueda de un “estatus”, incluso, sospecho que también estamos rebasando la barrera de la delimitación de un “estilo de vida”.

            Lo que concientemente (y la mayoría de las veces inconcientemente), buscamos es encontrar o recuperar la confianza en nosotros mismos. ¿Por qué digo esto? Porque al encontrar nuestra personalidad nos lleva a tener seguridad en nosotros mismos y eso ya es un gran paso para alcanzar la confianza.

            A veces también sospecho que eso nos está llevando como consumidores a modificar nuestros criterios de compra. ¿Cómo argumento eso? De la siguiente manera:

            ¿Cuáles son los factores que influyen en nuestra decisión de compra? Sin orden de priorización podemos responder que son: precio, marca y/o diseñador, temporada, moda y más.

            Esos factores poco a poco van relegándose por la búsqueda inmediata del encuentro consigo mismo. El ser humano busca eso en la actualidad cuando viste: encontrar su propio Yo. Encontrarse significa precisamente confiar en alguien; en sí mismo.

            En ello estriba para mí la importancia y gran valor que le imprimo al mundo textil. Sin duda estamos pasando por la positiva etapa de ver las cosas no por el precio que “llevamos puesto” sino por el valor “invaluable” que nos tenemos a nosotros mismos.

            Creo que a partir de ahora las compras de ropa serán mucho más inteligentes. Serán compras de “calidad humana”.

            ¿Cuál es el futuro real de la moda? Difícil predecirlo o vislumbrarlo. Lo que si anhelo es que nuestro autoestima sea elevado por esta nueva actitud de vestir. A partir de este momento tenemos que pensar de ésta manera y todo será más productivo emocional y psicológicamente. Ya no existirán, creo Yo, compradores compulsivos.

            Enfoquémonos por las cosas por su valor, no por su precio.

            Seguiremos “Vistiendo mis ideas.”