Publicado en Ideas Emprendedoras.
Una vez más me encuentro disfrutando plenamente de ésta época de navidad. Evalua uno los resultados de éste año que termina y plantéa los cambios a realizar para el año que viene. Mi intención en éste apartado, es redescubrir mis limitantes; aquellas cosas que no me permitieron ser más aventurero. He descubierto que no es lo mismo ser un "viajero" que un "aventurero".
Es obvio dilucidar que amboas ideas tienen como común denominador que existe un trayecto, un desplazamiento, una transición; si se quiere ser más ambicioso. Sin embargo, la gran diferencia estriba en la "riqueza existencial" que deja el vivir una aventura en relación a un viaje. Quiero decir, para dar una "argumentación filosófica", que la vida visualizada como una aventura, genera un mayor crecimiento y desarrollo de la sabiduría. Tratando de comprender mejor los conceptos, apliquemos ejemplos. obviamente basados en mi experiencia de vida. Durante mucho tiempo y en varias ocasiones he viajado. Si, es verdad, en estos tiempos de globalización, mucha gente se desplaza fortuita e intempestivamente de un lado a otro por compromiso o diversión.
Otros, como Yo, tienen la noción de viajar en el sentido de "encontrar"; lo paradójico es que aunque se presuma de saber uno lo que está buscando, eso resulta ser un tanto ambiguo, y ello es por que no se actua con ¡plena determinación! La determinación hace que todo esto se vuelva superfluo. Lograr una meta en concreto, entonces, bajo el enfoque de un viaje, pone en riesgo que dicha empresa se abandone. El viaje resulta ser algo metódico y la aventura algo "pasional"
