La relación sutil entre el cuadro y el espectador. Consideraciones personales.

“El primer merito de un cuadro es ser una fiesta para la vista”.

Eugene Delacroix.

He tratado de recordar cual fue el primer cuadro que observé con detenimiento. Cual fue el primer contacto hermenéutico que tuve con una obra de arte (me refiero a la pintura en concreto), y no he encontrado una respuesta. Si  bien, no podría pasar nada, el hecho de no tener a la mano un dato; si es imperativo recordar el resultado de ese proceso de apreciación del arte. ¿Con qué finalidad? Poner como ejemplo, las muy variadas posibilidades que se pueden dar en el goce estético.

Advertencia: no se trata (ni siquiera en el intento), de un acercamiento a cualquier disciplina que tenga que ver con la relación pintor-obra-espectador; sea en el proceso hermenéutico, teoría del arte, estética, critica de arte…; sino un pequeño aporte un tanto personal. Y con cierto conocimiento de causa e influencias como la de Octavio Paz y Humberto Eco.

Bien, Siempre que tengo la maravillosa oportunidad de estar frente a un cuadro, me esfuerzo por no “interpretarla”.  Solo trato de tener un goce, un estímulo psicoemocional, sin negar, claro está, el “repertorio” intelectual que pudiera uno tener.

Si llegara a caer en la posibilidad “inevitable” de hacer juicios tanto subjetivos como objetivos; sin duda estos serian de tipo a-priori no se argumenta, sino describe.