Cómo podemos aprovechar el miedo a escribir.
24.11.2011 19:09
“Parece que se requiere una cantidad óptima de miedo para realizar la conducta adecuada. Si tenemos poco, podemos actuar descuidadamente, si tenemos mucho, podemos reaccionar de manera torpe”.
Isaak Marks.
¿Has sentido alguna vez que las ideas se esfuman cuando vas a empezar a escribir? ¿Sabes por qué nos pasa eso cuando empezamos a escribir? ¿Conoces la solución al respecto?
Cuando empecé a estudiar la carrera de Filosofía, al enfrentarme a los primeros exámenes me vi invadido por lo que llaman “síndrome del análisis-parálisis”. Recuerdo que las preguntas eran abiertas y del tipo “desarrolla tu idea”.
Como estudiante novato sentía un miedo terrible a estos exámenes. Y fue precisamente por ese miedo que empecé a desarrollar el hábito de la escritura (y de paso a descubrir el ensayo como recurso académico y literario), ya que como no quería quedar mal en dichos exámenes escribía lo mas que podía, como si en esa estrategia lograra encontrar las respuestas.
Esa manera de escribir como si fuera una dialéctica académica me permitió desarrollar la fluidez de mis escritos. Debo reconocer que esa era, una manera distorsionada de generar contenido. Es decir, si me descuidaba un poco en esa escritura febril, empezaba a “cantinflear”. La clave es aprender a escribir bajo presión y generar contenido de valor literario, estético e informativo.
El escritor colombiano García Márquez en repetidas ocasiones ha hablado del aprendizaje que tuvo en su formación de escritor el oficio del periodístico que ejerció al inicio de su carrera. Incluso habrás leído que se dice que el periodismo es literatura de velocidad.
Podemos decir entonces que el miedo a escribir en ves de pensar que es un factor negativo o un elemento distractor, debe ser un aliciente para escribir con pasión.
A propósito y en el orden de las ideas, ¿No te ha pasado que se te ocurre algo y al correr buscando un papel y pluma para apuntarlo se te olvida? Eso es por el miedo que tenemos que se nos olvide algo.
Si en cualquier momento te invade una idea, una imagen metafórica o cualquier circunstancia similar y no tienes dónde escribirlo, gracias a la tecnología: por ejemplo, el celular; puede uno grabar las ideas y posteriormente trabajar esa información.
Es recomendable que tengamos siempre a la mano algo que nos permita apuntar o grabar esa idea que surgió gracias a la inspiración y posteriormente reescribirlo.
Como puedes ver, resulta positivo tener miedo a escribir si lo sabemos canalizar de manera proactiva, ¿No crees?
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